Sempronio.- ¡Claro que sí! La cuestión es solucionar tu vida, eres una persona importante y con posibilidades económicas. Y, ¿para qué es el dinero, para qué sirve? El dinero está para gastarlo, ¿no? ¡A mí me gusta más dar que no recibir! Es mejor hacer cosas y disfrutar, que no tener por tener. Es mejor el que reparte, que el que recibe: lo verás por ti mismo. Y además así ganas prestigio. Ya seguiremos hablando de este tema.
Calisto.- Sempronio, me preocupa mucho este tema y ella no puede ir sola, acompáñala. Me interesa que actúe con rapidez.
Sempronio.- Calisto, me gustaría ir, pero no quiero dejarte solo en tu estado, te veo muy bajo de moral.
Calisto.- No te preocupes, de alguna manera disfruto de la pena que siento, estoy desesperado de amor, pero me gusta sentirme así, lamentándome…
Sempronio.- Pues yo he leído que lo mejor es escuchar los consejos de otros.
Calisto.- Sempronio, si te preocupa mi soledad, llama a Pármeno, que se quede conmigo.
Pármeno.- Aquí estoy.
Calisto.- No te había visto. Date prisa, Sempronio, acompaña a Celestina que no falle en su cometido. He preferido pagarle bien a ella, para que den resultado sus gestiones.
Pármeno.- ¿Cómo estás, Calisto? (Mal empezamos pagándole a Celestina).
Calisto.- Pues te pido tu opinión, a ver si me resulta interesante, Pármeno. ¿Qué dices de mal empezamos?
Parmeno.- Digo que sería mejor gastar el dinero con Melibea, que conozco a Celestina y no es buena persona.
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